Retro Reseña - Nightmare Before Christmas: Oogie´s Revenge (PlayStation2 / Xbox)


Es inevitable en ocasiones retornar a los video juegos que disfrutamos en su momento y que dejaron horas de diversión a nuestra niñez o adolescencia. Hoy en la guarida del Dullahan quiero implementar una nueva sección de reseñas en las cuales hablaremos de vez en cuando de juegos de generaciones pasadas y que posiblemente se escondan dentro de las estanterías de sus casas si cuentan con la consola aun. Bien hoy quiero hablar de un juego licenciado, los cuales tienen actualmente una fama terrible pero que antes resultaban bastantes competentes. Amantes de Jack Skeleton desempolven su Xbox o PlaySstation 2, pues hoy hablaremos de The Nightmare Before Christmas: Oggie´s Revenge.

No es un misterio de que la aventura navideña con tintes Halloweenescos de Henry Selick y Tim Burton se volvió una historia de culto en el cine de animación y un gran exponente de la cultura popular de nuestros días. Era cuestión de tiempo en que alguna productora de video juegos viera el potencial de aquel universo encantador y a la vez tan inexplorado en su totalidad para lanzar un juego que recreara los eventos de la película o nos contara una historia nueva y aunque ya había ocurrido con un juego para la GBA, era extraño que una consola casera tuviera su propia experiencia. Es así como el año de 2005 Capcom lanzaría al mercado Oogie ´s Revenge.

Inicialmente la historia que nos presentan es la de Jack, aunque a aceptado su festividad como algo único y para lo que es bueno, ha decidido viajar entre las distintas puertas de las festividades y conocer nuevos mundos. Para ello, el Dr. Finkelstein le da la Blandialma, una cosita verte que te ayudará en lo largo del juego. Lock, Shock y Barrel logran traer de vuelta a Oogie Boogie, quien se apodera de la ciudad y secuestra a los reyes de las fiestas para auto proclamarse “Rey de las Siete Fiestas”. Cuando Jack regresa de su viaje, ve todo el caos que se ha originado. Es entonces cuando comienza su nueva aventura a través de los reinos de las fiestas para detener a Oogie.

Como pueden darse cuenta, el juego funciona como una tentadora secuela para la historia original, lo cual resulta en algo interesante y lleno de posibilidades. Debo comenzar disiendo que para el momento que salió, los diseños y animaciones se encontraban bastante bien y aunque el juego tiene ya más de 15 años, no ha envejecido tan terriblemente como ha pasado con otros juegos de la generación.

Capcom a querido recrear lo más exactamente posible la imaginación rocambolesca y oscura de Burton en cada escenario. Todo está torcido, marchito y tenebroso. Desde el cementerio de Horror Hill, el campo de calabazas, la plaza de Halloween Town, etc. Los escenarios nuevos creados para el juego siguen el mismo esquema de las vistas en la película y eso hace sentir que nos encontramos en todo momento dentro del mismo universo. Los personajes son recreados lo mejor posible en modelos 3D de sus contra partes de Stop Motion. Es increíble poder viajar por las diferentes locaciones y notar cada detallito que puede traer este loco y escabroso mundo.

Los personajes nuevos se sienten bien adaptados a las posibilidades del motor gráfico de la PlayStation 2 y la Xbox clásica. Los nuevos enemigos se sienten bien construidos aunque lamentablemente flaquea un poco en variedad. Si bien, nunca termina de ser del todo aburrido el combate, uno nota rápido que los enemigos constan siempre de fantasmas o esqueletos de diferentes tonalidades y uno que otro insecto, pero no hay una variedad mas notoria en ellos.


El juego es prácticamente un Hack and Slash donde los combates siempre serán el mayor estado recurrente. Por momentos la dificultad puede sentirse un tanto dispareja, pero la realidad recae en un sistema de progresión. Al carecer de un modo seleccionable de dificultad el juego se da a la tarea de ir incrementando la dificultad con la progresión del jugador. Los controles a diferencia de otros juegos del género de la época resultan bastante competentes y muy intuitivos a la hora de crear combos. No tienen mucha complicidad teniendo los dos gatillos como un método de transformación para usos de habilidades especiales, un botón para saltar, otro para golpes y otro para agarres. La variable de combos es aceptable pero pudo haber tenido una cantidad más sustanciosa (esto lo menciono por que en su momento el juego fue retrasado medio año, tiempo suficiente para agregar una que otra cosa extra). Igual hay pequeñas secciones de combate donde todo ocurre como si fuera una batalla de baile y ponen a prueba los reflejos del jugador, es una buena variable de juego para evitar la sensación de monotoneidad durante una tanda de juego prolongada.

Ahora un punto que si es un tanto negativo es la música. Si bien el estilo que inunda todo el juego se siente como la grandiosa música de Danny Elfman y muchas melodías originales combinan perfectamente con este universo. Pero el problema real recae dentro de las peleas. Cada que Jack se tope con una buena tanda de enemigos la música de fondo cambiara drásticamente para transformarse en el clásico This Is Halloween y claro, todos amamos la canción pero después de unas 2 horas de juego esta se torna repetitiva y hasta molesta. Por desgracia todos los enfrentamientos (exceptuando a los jefes finales) tienen este problema y puede que en ocasiones uno busque bajar el volumen tras una larga travesía al ritmo de la misma canción.

La duración del juego igual es un poco corta. Si bien, la primera vez que uno lo juega puede tomarse un promedio de 15 horas a 18 dependiendo de tu costumbre con puzzles en este tipo de juegos, la duración estándar recae en 11 horas. Trata de darse una re jugabilidad con las tablas de stats para conseguir trofeos de algunos personajes del mundo de Halloween Town y los jefes son lo suficientemente retadores o divertidos para querer enfrentarlos varias veces, pero se siente que pudieron armar algo más complejo con ciertas ideas que al final no quedan dentro del juego.


Algo que se le agradece a la durabilidad del juego y que es un factor para no volver monótono todo, son los disfraces de Jack. A lo largo del juego conseguiremos 2 aspectos, el del rey calabaza y el de Santa Atroz. Cada uno con habilidades diferentes que deberemos aprender a dominar y combinar junto a la Blandialma para lograr sobre llevar las pruebas que nos ponga el juego. Los acertijos son buenos pero no lo suficientemente complicados como para volver estresante el juego cuando nos topamos con ellos. También puedes coleccionar las canciones y ganar diferentes atuendos para Jack, a parte de los predeterminados. Capcom ha sabido hacer un juego en el que vale la pena repetir la mayoría de pantallas, y eso salva, en un pequeño grado, la poca duración del título.

Ya para finalizar hay un último detalle que me gustaría comentar en cuanto lo negativo y eso recae en la cámara del juego. Si bien, la mayor parte del tiempo nos encontramos viendo todo a nuestro alrededor y nos deja aprovechar las cosas de nuestro entorno a la hora de pelear, hay algunas secciones donde la cámara se vuelve un poco tramposa y toma ángulos algo desfavorables para el jugador si no es que hasta injustos. No ocurre seguido, pero cuando llega a pasar es algo molesto y que complica todo de modo innecesario.

Al final del día, The Nightmare Before Christmas: Oogie´s Revenge resulta en un juego muy divertido que vale la pena visitar si eres fan del extraño mundo creador por Tim Burton o si simplemente tienes ganas de un juego entretenido para matar el rato. Tal vez no logra sobresalir contra otros Hack And Slash de la época como lo eran Devil May Cry, God of War 2, etc. Pero cumple con su objetivo y nos deja con un grato viaje a Halloween Town aun después de 15 años. Son de esos juegos que no han sido golpeados duramente con el paso del tiempo y eso es simplemente de apreciar. Nos veremos en una próxima retro reseña mis queridos moradores nocturnos, la guarida se cierra hasta una próxima reseña.

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