Reseña : El honor del Samurai (Libro)
La cultura japonesa es
fascinante. Desde su actualidad vanguardista y tecnológica hasta sus épocas
feudales donde surgieron los legendarios Samurais y leyendas que han
maravillado a los extranjeros que deciden dirigir la mirada hacia ese
territorio exótico. En el cine, televisión y comic se nos han presentado
infinidad de historias que poco a poco se han vuelto parte de una colectiva
cultura universal. En la literatura encontramos grandes exponentes igualmente
del país del sol naciente. Haruki Murakami, Banana Yoshimoto, Natsuo Kirino son
solo algunos nombres de ese sector de escritores que han logrado trascender a
nivel mundial. Hoy mis queridos visitantes vamos a reseñar una novela del
lamentablemente poco conocido escritor Takashi Matsuoka y su primera gran obra
que habla sobre el honor, la traición y la fe durante una época donde los
cambios eran inevitables. Hablemos de “El honor del Samurái”.
Los libros siempre han
sido la puerta al conocimiento al igual que a nuestra imaginación y nuestra
curiosidad innata en la humanidad. El trabajo de Takashi Matsuoka logra
coquetear con la última de estas cualidades, volviendo su producto uno muy
atractivo para todos aquellos occidentales que nos hemos visto atraídos por el
fascinante mundo de la era feudal de Japón y sus valerosos guerreros Samuráis.
Si alguna vez han visto El último Samurái seguramente han quedado con una
sensación de interés enorme ante las castas, el código de honor y en general el
entrenamiento de combate de estos honorables guerreros de antaño. Tomo una
breve mención de este filme debido a que se estrenó un mes antes de que este
libro fuera publicado por primera vez y en cierto modo pareciera un complemento
que refleja lo fascinante que es la realidad que se mezcla a la ficción de esta
temática.
La trama nos coloca en
1861, Japón se ha visto forzado a abrir las puertas a Occidente, con el
consecuente choque entre ambas culturas. En el puerto de Edo se reúnen barcos
extranjeros en busca de oportunidades en esas tierras; uno de ellos transporta
a un grupo de americanos cuyo objetivo es llevar la palabra de Dios al pueblo
nipón. Para dos de estos misioneros, sin embargo, el viaje supone algo más: la
joven Emily Gibson desea dejar atrás un pasado incómodo e iniciar una nueva
vida; Matthew Stark tiene algo que ocultar bajo su pacífica apariencia. El
destino de ambos se cruza con el de Genji, un joven samurái heredero del clan
Akaoka. Su amistad con los foráneos despierta el recelo de otros clanes, que
declararán la guerra abierta a Genji. Ayudado por sus dos nuevos amigos y su
amante, la geisha Heiko, éste defenderá su posición sorteando intrigas y
traiciones.
La historia nos devela una
novela dramática de ficción histórica con una variedad notable de elementos que aborda
alrededor de 528 páginas y que nos pone en la piel de 4 personajes principales
los cuales irán presentando diferentes perspectivas de una época de cambios,
donde las tradiciones se enfrentaban ante una cada vez más agresiva
evangelización cristiana y donde la pólvora amenazaba erradicar a los heroicos
guardianes que blandían catanas majestuosas. Nos transporta con mucha
facilidad al Japón feudal y a la llegada de la occidentalización de oriente.
La ópera prima del
escritor brillar por uno de los detalles principales para lograr la
credibilidad de la narrativa, la investigación ante la época feudal japonesa y
el modo en que operaban los occidentales al llegar con sus primeras
embarcaciones evangelizadoras al continente del sol naciente. La manera en que
se manejaban las castas sociales y el lugar e importancia de los samuráis para
el Shogunato y las casas a las cuales servían honorablemente. Si bien, la historia se guía
entre realidad y ficción, es bueno ver sentadas las bases de la época que se
maneja y que se trate de respetar constantemente durante la novela en lugar de crear una
historia que rompa mucho con la fantasía del drama histórico. A esto sumemos que
la novela tiene 4 protagonistas que pertenecen a diferentes clases sociales. Y
es que incluso los 2 protagónicos extranjeros se derivan en nivel social antes
de encaminarse en el plan de difundir la palabra de Dios.
Los personajes son el segundo elemento que hace que la novela funcione. Si bien podrían considerarse como arquetipos básicos de una novela de aventura, esta facilidad de etiquetarlos logra que se vuelvan en personas agradables para seguir y comprender. Cada uno puede considerarse como un detonante para desarrollar los elementos de la historia.
Comenzando con nuestro
personaje principal, el bondadoso y honorable Genji que se encuentra al mando
de uno de los clanes más poderosos de la región. El cual trata de
comprender a los extranjeros y lo que
buscan pero sin entregar una total creencia a lo que predican. Aprende de quien
te aborda, mientras más conocimientos poseas más sabio serás para tratar con la
gente, pero nunca se abandona tus creencias porque alguien más te lo ordene. El
papel del señor feudal puede ser un acto progresista pero a la vez político,
reflejando un cambio grande en la cultura asiática al abrirse al mundo.
Emily Gibson una de las
misioneras que han llegado al país buscando fortalecerse y evitar cometer los
errores de su pasado a la vez que se vuelve en un aliado simbólico para el
honorable Genji. Ella refleja mucho el temor del hombre y el deseo de escapar
de sus problemas aunque las acciones que deba tomar no sean tan favorables, no
mencionare precisamente a que me refiero para evitar spoilers, pero Emily es el
claro ejemplo de que huir de los problemas no servirá de nada hasta enfrentarse
a ellos.
Luego entramos con Mathew
Stark, el segundo misionero que lleva un oscuro pasado como uno de los más
temibles pistoleros del Oeste americano. Este refleja la redención y la
venganza dentro de la novela. Pues dentro de las tierras donde los 4 clanes se
encuentran debatiendo por la presencia de los extranjeros, se oculta un hombre
que no es lo que demuestra ser.
Finalmente nos enfocamos
en la dama Heiko que está íntimamente unida a los movimientos políticos del
señor Genji. Una geisha que se debate por el amor que le tiene a Genji pero a
la vez conoce su origen y posición y puede afectarle a su amado con el simple
hecho de ser más que una dama de compañía. Cada personaje tiene una motivación y
una función diferente y aunque giran en torno a lo antes mencionados, el
escritor nos entrega personajes evolucionados, que constantemente van creciendo
y aprenden al igual que cometen errores. Y por cómo se unen cada una de sus
historias hasta estar frente a frente, toma fuerza la trama y nunca se detiene.
La intriga política que
se maneja es buena y los elementos que nos van explicando de Japón y sus
creencias en cuanto lo espiritual, lo bélico y lo honorable nos hacen
cuestionar por momentos algunas cosas que los medios televisivos nos han mal
enseñado en el pasado. El samurái como una figura de autoridad pero que a la
vez debe servir a una figura pública superior, pues no pueden actuar por forma
propia.
Posiblemente el gran problema
de la trama es el villano que es utilizado de una forma casi obligatoria más
que necesaria. Si bien, es entendible que alguno de los clanes lideres este en
desacuerdo con las ideas del Señor Genji, causando que se busque una lucha de
poderes para erradicar al clan Akaoka, el personaje al cual llegan a denominar
como una burla “el lagañoso” resulta ser demasiado frió. Nunca sentimos
realmente su papel como un señor feudal rival, nunca podemos ver una evolución mayor
a ser el malo malote malotote. Lo cual por desgracia lo hace sentir innecesario.
Si bien algunos de sus planes y movimientos hechos por los hombres que sirven a
su clan son impresionantes y llegan a colocar a nuestros héroes en situaciones
precarias, el lagañoso por sí solo no logra infundir más que un sentimiento de
villano metido a calzador.
Ya para finalizar solo
puedo decir que la manera en que relata la historia Takashi se siente muy
occidental y por lo tanto más adaptable a lectores foráneos a Japón. Si han leído
alguna vez a autores como Murakami o Mishima sabrán a que me refiero, tienden a
diseñar momentos clave donde se pausa todo y los elementos que se abordan son
utilizados como una manera de crear un entorno alrededor del lector. Con
Takashi todo se siente de una manera más directa y sin muchos momentos
reflexivos. Los diálogos, las batallas, el romance todo tiene un estilo de
novela americana. Esto facilita su lectura y comprensión para un sector considerable.
Al final del día El honor
del samurái es una buena novela de drama y ficción historia con personajes
agradables que van creciendo conforme avanzamos la trama. Los elementos que te
presentan son interesantes y las descripciones pueden ser tanto cruentas y
fuertes como placidas y bellas para la imaginación del lector. Lamentablemente
el libro te deja con un final abierto y que lleva a que sea casi necesario leer
después la continuación de este libro “Puente de Otoño”, la cual le da un final
definitivo a la historia. Ahora es tiempo de partir
mis queridos lectores. Próximamente se vienen un par de reseñas fuertes y
posiblemente una nueva reseña literaria. Nos veremos pronto mis queridos
trotamundos de la noche. El viejo Dullahan les desea una buena lectura.
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