Reseña Annabelle 3: De vuelta a casa


El cine de terror es un placer complicado. Amamos ser aterrados por cosas ficticias que vemos en la gran pantalla, pero cada año nos volvemos más exigentes respecto al contenido que se nos entrega, causando que cada cinta nueva que sigue lo que alguna vez nos asustó y dio un aire fresco ahora luzca de una forma sumamente cliché y común. Nos encontramos acostumbrados y nos insensibilizamos ante las más cruentas masacres o los más aterradores espectros que cada vez es más complicado complacer a todo mundo con una cinta de terror. A veces cintas buenas son mal vistas solo porque no superaron algo ya visto antes que nos gustó y otras simplemente fueron una estafa o un error monumental por un guion patético, actuaciones desangeladas o efectos visuales tan terribles que destruyen el jugueteo de la mente con la película. Bienvenidos sean mis queridos trotamundos de la noche, hablaremos este día de la tercera entrega de una trilogía surgida como un Spin Off de una de las mejores cintas de horror de los últimos años (El Conjuro). Hablaremos pues de Annabelle 3: De vuelta en casa.


El ahora extenso Warrenverso u como se le conoce mejor entre el público, el universo del conjuro ya cuenta con 7 entregas en su haber. 2 de ellas de la línea principal, la monja, la llorona y las ahora 3 cintas de Annabelle. Debo decir que la tercera entrega de la muñeca maldita de los Warren resulto una grata sorpresa ante una trilogía donde sus antecesoras habían resultado meramente insípidas. Personalmente encuentro muy pobres las dos cintas anteriores de Annabelle, críticamente las considero cintas rebuscadas y que tienden a engañar al público con la premisa de un juguete demoniaco donde la cinta tiene todo menos momentos memorables con la muñeca.  La tercera entrega en cambio da un giro diferente causando que en lugar de encontrarnos por tercera vez en una cinta de posesiones diabólicas que ocupan de un sacerdote o algún ritual divino para contra restar la maldad, nos entreguen una cinta que busca ser una experiencia de horror más básica y que retoma las ideas de una casa embrujada.

La historia nos coloca tras los acontecimientos de la primera película del conjuro pero un par de años antes de la segunda cinta. Para evitar que Annabelle provoque más estragos, los demonólogos Ed y Lorraine Warren llevan a la muñeca poseída a la sala de artefactos de su casa, colocándola "a salvo" en una vitrina bendecida por un sacerdote. Sin embargo, una noche Annabelle despierta a los espíritus malignos de la habitación, quienes se fijan en un nuevo objetivo: Judy, la hija de diez años de los Warren, y sus amigas.

La premisa resulta sumamente simple y es esa simpleza lo que hace que la película se disfrute. La primera entrega de la muñeca nos presentó una historia carente de emoción que se tomaba demasiado enserio y por lo tanto terminaba en un somnífero efectivo. La tercera se centra más en desarrollarnos a sus personajes y luego lanzarlos a una noche de miedo donde van a desfilar una cantidad considerable de espectros recopilados de varios casos que investigaron los Warren. Y puede que esto sea lo que mas sorprende, ya que anteriormente las peliculas de la muñeca han prometido cosas pero sin cumplir esas promesas al tener el producto final. Esta tercera entrega lo que se nos vende desde los avances y eso se agradece.


Uno de los grandes aciertos del filme es sin lugar a duda el ritmo que lleva la película. Comenzamos con un primer acto que nos engancha con la presencia de Ed y Lorraine y una pequeña anécdota transcurrida horas después de llevarse a la muñeca del departamento de su antigua dueña, para después plantear el panorama donde ellos seden el protagonismo a su hija y a la chica encargada de cuidarla. Pasando a un segundo acto lento que va desarrollándonos a los 3 personajes principales y sus interacciones entre ellos, para pasar a un tercer acto donde la casa se convertirá en el patio de juegos de una variedad considerable de espíritus y demonios. Esto causa que el tercer acto se sienta cargado de una buena cantidad de sustos (algunos jump scares y otros más tradicionales).

El desarrollo de la película se siente por momentos como un decidido intento de retomar ese ambiente de las cintas donde una niñera es asediada por una entidad o asesino maniático. En ocasiones llega a recordar a la narrativa de la Halloween de Jhon Carpenter, preparando lentamente todo para jugar entre los sustos y la tensión entre asesinatos. Y es que a diferencia de las otras películas de Annabelle, en esta si se logra un ambiente tenso e incómodo por momentos. Logra captar la atención del espectador y nos mantiene queriendo terminar la historia.

A esto sumemos las actuaciones de nuestra trinidad de heroínas. Cada una nos entrega un personaje que hacen propio, creíble y sobre todo vivo. Más allá de un personaje cómico que resulta un tanto acartonado en la trama, las actuaciones son buenas. Realmente podemos sentir el terror en sus ojos y acciones, al igual que nos interesamos en ellas. A esto sumemos la buena química entre las actrices, logrando que nunca sintamos que alguna de sus interacciones se sienta pobre o falsa.


Ahora, no todo es bueno, existen puntos negativos y posiblemente el más notorio es que se vuelve a cometer el mismo error ocurrido en la monja. Así como en aquella cinta existía un personaje masculino para romper el ambiente con humor involuntario en la recta final, aquí también existe esta pieza en la formula. El personaje de Bob resulta gracioso al inicio, donde apenas se nos va desarrollando todo, pero al encontrarnos en el último tramo de la cinta y el más cargado en cuanto dosis sobrenaturales este personaje se vuelve un tanto anticlimático.

Igualmente otro punto negativo es que la fórmula de dirección se siente cada vez más y más desgastada. Es en ocasiones fácil predecir donde llegaran algunos sustos al encontrarse con una de las ya clásicas secuencias donde se mueve la cámara en diferentes direcciones retornando al rostro de la víctima en turno para dar un tercer movimiento donde ocurre la “sorpresa”. Si bien no siempre se hacen de este modo los sustos si es recurrente y puede arruinar en ocasiones sustos que pudieron ser mejor trabajados y explotados de una manera distinta.

El guion es algo de lo cual se le critica terriblemente a la cinta, por su simpleza y por hacer sentir a la película un filme de horror y aventura en lugar de un terror más convencional. Pero es posiblemente este cambio lo que hace que la experiencia funcione. Se siente diferente a las otras cintas de Annabelle, logrando que tenga una identidad propia y funcione como una película individual, no necesita tanto del subtexto de las otras cintas para ser disfrutada y sobresalir.


La banda sonora es una combinación entre viejos conocidos y nuevas piezas. No es malo pero tampoco es muy sobresaliente. Consigue acompañar bien las secuencias de terror al igual que las que llevan un enfoque más de narrativa de desarrollo individual de personajes. Es una banda sonora competente y por lo mismo está en un término medio.

Ya para finalizar queda decir que el diseño de producción en verdad estupendo. Desde las ropas para ambientarnos en la década de los 80, los escenarios bien construidos y que tienden a ser cambiantes durante toda la película. Los monstruos y criaturas que deambulan por la caza son muy variadas en aspectos y conceptos. Algunos son ingeniosos y un tanto inquietantes como sería el caso de El barquero, mientras que otros son más comunes y nos remontan a imágenes que se sienten salidas de leyendas populares.

Annabelle 3 De vuelta a casa resulta en una cinta divertida de ver y que logra capturar al espectador al arriesgarse con un nuevo estilo para contar la historia en vez de seguir el patrón que han llevado todos los spin-off de El conjuro. Nos hace sentir como si lo que vemos fuera una de esas historias que se contaban al calor de la fogata en un campamento juvenil o esos viejos cuentos de horror que nos relataban los abuelos. Esto le da un encanto personal aunque dividirá a los fanáticos que busquen una narrativa de fórmula que se ha vuelto de nicho en este universo fílmico de horror.


Buenas actuaciones, algunos sustos interesantes y un  pequeño vistazo a los cientos de horrores que se ocultan en el museo de los Warren hacen que esta entrega sea una buena opción para ver en compañía de amigos o de manera solitaria si buscas algo que te entretenga sin esperar una historia que te quite el sueño. Yo le doy un 8. Ahora me retiro mis queridos visitantes, pero nos volveremos a ver próximamente, pues aún quedan muchas cosas que reseñar. Nos vemos hasta una nueva ocasión.

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