Reseña: She-Ra y las princesas del poder.
En la actualidad no es
ningún misterio que la clásica frase “La nostalgia vende” es más real de lo que
uno podría creer. Estamos en una década en la cual la idea de revivir
franquicias muertas, renovar conceptos para darles un segundo aire en la
cultura popular o simplemente el aprovecharse de viejas series ochenteras y
noventeras para atacar al sector más maduro con algo que amaron en su juventud, resulta bastante rentable.
Si bien, algunos de estos proyectos bajo el factor nostalgia han terminado en
un terrible y lastimoso desastre, hay algunos que han logrado sobrevivir y
generar una aceptación general en el público para considerarse exitosas. El día
de hoy vamos a hablar sobre una serie que es una re invención de una serie
animada de los años 80 que aunque no fue una sensación, si resulto como algo
atractivo en su momento. Hola a todos mis queridos moradores de las tierras
baldías, el día de hoy hablaremos de una producción de Dreamworks y Netflix,
así es, aremos una reseña de She-Ra y las princesas del poder.
El primer gran elemento a
tomar en cuenta al tratar con esta nueva visión de la historia de los años 80
que honestamente surgió para ser una versión femenina de He-man y vender
juguetes a las niñas que intentaban mesclar Barbie con figuras de acción de
Masters Of the Universe, es el no juzgar por su título. Está bien sabido que
normalmente al usar el término “princesa” en el título de algún producto
animado, el sector demográfico al que apuntas pierde entre un 40 o 50% de
audiencia que normalmente está reflejado en los niños varones. El mejor ejemplo de esto
fue la cinta animada La princesa y el sapo, una víctima más del irónico interés
del público infantil masculino ante algo con el título princesa.
She-Ra es una de esas
series que honestamente al inicio no parecen tener mucho que ofrecer mas que una serie simple y que tal vez sufra el mismo destino de los ThunderCats de 2011 (Aunque aquella fue una serie buena arruinada por la incapacidad de vender juguetes). Yo mismo fui uno de los
muchos que al ver los avances y hasta el mismo poster promocional que Netflix
utilizo, le causo una indiferencia total. Si no fuera por un pequeño sector de
personas de las cuales escuchaba buenas cosas de la serie posiblemente no me
habría atrevido a darle un vistazo. Pero cuando finalmente le di una
oportunidad descubrí una obra animada que resulto ser todo menos algo insípido
y de baja calidad argumental como lo era su antecesora de los 80. Pero la
pregunta básica para todos los que desconozcan el material origen seguramente
será ¿De qué habla She-Ra?
Adora es una huérfana
criada por la Horda del Terror para ser capitana de su ejército. Sin embargo,
un día descubre una espada mágica que la convierte en una semidiosa de gran
fuerza y poder, llamada She-Ra. Junto a sus nuevos poderes, Adora descubre que
Hordak y sus esbirros la han estado engañando toda su vida y que la Horda es en
realidad un invasor del mundo de Etheria y no una fuerza de pacificación, como
siempre le han contado. Esto la lleva a unirse a la rebelión liderada por la
princesa Glimmer y su madre. Ahora Adora y sus nuevos aliados deberán reunir a
las princesas del poder de Etheria para intentar salvar su mundo.
Y si, suena como algo que
seguramente has escuchado en mil y un lugares, pero como diría un viejo mentor
mío, “Todo se ha contado ya. Lo importante es como es relatado” Y es
precisamente lo que hace grandioso a este resurgimiento de la princesa
guerrera. El gran problema que tenía la serie original era la falta de
argumento, eran historias simples y de auto resolución que cumplían la función
de entretener, mas no la de desear ver el siguiente capítulo. Los enormes
huecos entre trama y trama eran cosas que nunca se resolvían y así puedo dar
varios ejemplos hasta el agotamiento, pero estamos aquí para hablar de lo bueno
y lo malo de este peculiar producto que la plataforma netflix nos entrega, así
que dividiré por secciones todo.
La trama y la continuidad
de esta
She-Ra y las princesas
del poder goza de una trama que inicialmente es tentadora de explorar para su
sector base, los niños y niñas. Pero al seguir la serie nos damos cuenta de que
goza de algo que tienen la gran mayoría de series actuales que son dignas de
una maratón con cada temporada y esto es el seguimiento de su historia capitulo
a capitulo. Mientras que la original era una serie que podías tomar de
cualquier capitulo sin problemas y entender a la perfección. En esta nueva no
puedes hacer algo como entrar con el capítulo 10 y eventualmente seguir los
demás. Todo es una secuencia de acontecimientos que nos llevan a un punto
específico. Elementos que en los primeros 2 capítulos aparecen por cuestiones
de segundos y que pudieran considerarse solo detalles coquetos resultan
eventualmente ser puntos clave para algo mayor que se cocina a fuego lento.
La historia de Adora y
sus amigos evoluciona con cada capítulo causando un interés en continuar y ver
qué ocurre en el capítulo anterior. Ahora, ay algunos capítulos relleno, eso no
es de extrañarse, todas las series tienen alguno que otro, pero incluso los
capítulos puente o relleno se sienten como algo interesante de ver. El mundo de
Etheria es basto y llamativo por su enorme variedad de entornos, desde las
industrializadas y oscuras calles de La zona del Terror hasta los bellos y
misteriosos caminos del bosque viviente.
Las tramas son sencillas
pero con contenido, recuerdan un poco a lo que se ha logrado con Voltron en el
pasado, incluso tienen ese encanto mágico que llegaron a tener las primeras
temporadas de la cuarta My Little Pony. Con esto me refiero que pueden hacer
tramas emocionantes y un tanto oscuras a partir de elementos simples y
agradables, jugando con los colores de un mundo de fantasía y personajes que
pueden ser queridos, todo sin tratar a los niños como gente idiota, cosa que no
lograron otras series animadas de un mayor presupuesto a She-Ra. Y es
posiblemente ese factor de mantener a los espectadores como gente que es capaz
de comprender cosas tan delicadas como la desesperación, la indiferencia y la
muerte sin que nos la restrieguen constantemente en la cara. Aquí, el blanco y
el negro no están nunca tan claros, y los grises hacen aparición en mayor o
menor medida.
Nunca llega a ser un debate moral enorme, pero sí hace algo digno
de aplauso: muestra cómo la Horda, por mucho que sean los malos del show,
también alberga en sí sentimientos de amistad, compañerismo y amor, solo basta ver a los personajes de Scorpia y Catra. Y, claro, tambien vemos cómo las Princesas de Etheria pueden esconder rencor y falta de confianza tras
esa fachada de heroínas perfectas. Esto se debe principalmente a los guionistas
que logran hacer capítulos que se terminan antes de que podamos sentir que ha
transcurrido el tiempo pero que lleban bastante contenido y de los personajes que nos guían en ellos, lo que me
lleva al segundo punto.
Personajes bien escritos
e identificables
Si algo sobre sale de
buena forma en esta serie es sin duda la amplia variedad de personajes y
trabajo que se le da a cada uno. Desde los diseños que van desde estilos de
milicias de fantasía, pasando por algunos con el aire hippie, hasta llegar a
elementos mecanizados y que se debaten entre lo cyberpunk y la ficción
futurista clásica en las series animadas. Los protagonistas son
personajes interesantes y que dan gusto de explorar. Cada uno es diferente
entre sí, causando una sensación de diversidad necesaria para que ninguno quede
relegado como ocurría en la She-Ra original, donde todas eran mujeres con
cuerpos delineados y personalidad acartonada y los hombres no eran más que
musculo escultural y poco ingenio. Cada personaje tiene una función ahora,
algunos como simples soportes cómicos y esbirros básicos, otros como apoyo
moral y aliados que no se unirán a no ser por una razón factible, hasta
protagonistas y antagonistas que como dije anteriormente se encuentran en tonos
grises, donde nadie es solamente malo (exceptuando el villano principal) y
nadie es totalmente bueno.
Adora nuestra
protagonista es un personaje complicado, sintiendo que todo lo que le han
enseñado en su vida no es más que una mentira y que realmente a estado del
bando de los malos desde un inicio. Ahora vuelta la posible pieza de unión para
una alianza Etheriana fracturada en el pasado, ella lleva un enorme peso sobre sus hombros y
más aún mientras trata de descubrir de cuanto es capaz al volverse She-Ra.
El personaje se siente completo, no es solo una cara bonita con cuerpo de modelo, es una mujer con sus propios problemas morales, con un albedrio y con un conocimiento notorio de las tácticas militares pero una adolescente a final de cuentas, no actúa como una adulta todo el tiempo y eso conlleva a tomar buenas y malas sediciones. Y es precisamente cuando la edad y el deber mayor chocan cuando podemos ver lo bien escrita que esta Adora. Normalmente en las distopias adolescentes nos quejamos constantemente de que los personajes son siempre perfectos y no pueden cometer errores nunca, o son todo lo contrario y solo se meten en problemas por bien de la trama. Con She-Ra eso no ocurre. Se siente que las deciciones son tomadas desde una persona presionada y no alguien que se sabe todas las jugadas de la partida para triunfar o no es alguien completamente inutil. La elocuencia y la logica funcinan en ocaciones pero la indesicion tambien afecta los resultados y eso es admirable para una serie animada que pecaba de eso en su version original.
El personaje se siente completo, no es solo una cara bonita con cuerpo de modelo, es una mujer con sus propios problemas morales, con un albedrio y con un conocimiento notorio de las tácticas militares pero una adolescente a final de cuentas, no actúa como una adulta todo el tiempo y eso conlleva a tomar buenas y malas sediciones. Y es precisamente cuando la edad y el deber mayor chocan cuando podemos ver lo bien escrita que esta Adora. Normalmente en las distopias adolescentes nos quejamos constantemente de que los personajes son siempre perfectos y no pueden cometer errores nunca, o son todo lo contrario y solo se meten en problemas por bien de la trama. Con She-Ra eso no ocurre. Se siente que las deciciones son tomadas desde una persona presionada y no alguien que se sabe todas las jugadas de la partida para triunfar o no es alguien completamente inutil. La elocuencia y la logica funcinan en ocaciones pero la indesicion tambien afecta los resultados y eso es admirable para una serie animada que pecaba de eso en su version original.
Lo mismo ocurre con cada
una de las denominadas princesas del poder. Cada una es tan diferente en
personalidad, motivaciones y aspecto a las otras. Cada una tiene una función en
la alianza y con el debido tiempo, todas son importantes en la trama. Y esto es
interesante pues nos hacen interesarnos en cada una de ellas y a su vez,
explorar sus reinos de los cuales vemos solo pequeñas partes pero nos abren la
puerta a cientos de posibilidades. En algun momento escuche a un par de personas quejarse por la cantidad de etnias raciales que se encuentran en la serie como algo negativo, pero es todo lo contrario. La idea de que existan gente de piel morena, rasgos asiaticos, piel de color, criaturas humanoides con rasgos animale e incluso seres que llegan casi a lo cibogr resultan como una variedad interesante y que es obvia que exista hablando de un planeta en general y no solo una pequeña region de Etheria.
Ahora ay que mencionar a
uno de los mejores personajes de la serie, la cual tiene una evolución muy
notoria y que honestamente nos hace que empaticemos demasiado con esta. Catra
es posiblemente uno de esos personajes que más ayuda tuvieron a la hora de ser
re inventados. Desde su diseño humanoide animal, hasta un carácter particular
que nos hace sentir una personalidad única ante el resto de personajes,
mientras que su antecesora solo era especial por convertirse en una pantera
(cosa de la cual se burlan en la segunda temporada). Catra es de esos personajes
rotos y complejos que inician pareciendo ser algo demasiado simple y predecible, pero
conforme avanza la historia vamos viendo como es alguien que se disecciona por
capas y mientras más exploramos en ellas más valioso se vuelve el personaje
para la historia.
Y es aquí donde se
enclava la relación más interesante de toda la serie: la de Adora, la ex
soldado de la Horda que se une a la Resistencia como She-Ra, y Catra, su antigua
compañera y amiga de la infancia a la que deja abandonada. Amistad, odio, amor,
compañerismo, venganza, soledad y cambio flotan continuamente entre ambas, algo
que lleva al cual considero, el mejor episodio de la serie hasta el momento.
Música y estilo visual
Algo de lo cual me
sorprendí con esta serie fue el encantador y a veces épico acompañamiento
musical. El opening se siente con fuerza y bien logrado para los tiempos actuales. La banda sonora es preciosa y logra acompañar perfectamente lo que nos
muestran en cada capítulo. Desde clásicas melodías de fantasía hasta épicas
compasiones que logran hacer que las batallas más vistosas se sientan como toda
una experiencia digna de experimentar.
Ahora, uno de los
aspectos más criticados por la gente de la serie es su estilo de diseño y
animación. El estilo es una extraña mezcla entre el que se utilizó dentro de
Voltron y el manga neutral utilizado para las adaptaciones de obras americanas.
Dicen que es poco detallado y que pareciera que la animación se siente muy
tiesa, cosa a la cual debo protestar.
Si, tal vez la animación no sea tan fluida como otros trabajos de Dreamworks,
pero no luce mal y es más una cuestión del estilo que algo hecho de mala forma
por falta de presupuesto, después de todo a Netflix se le conoce por ser generoso
con sus proyectos animados. Pero si he de admitir que si de algo peca a veces
es de hacer repeticiones en algunas cosas, pero esto es notorio solamente
cuando estamos desde un inicio buscando errores. Fuera de ello lo único que uno
nota repetitivo es la transformación de Adora en She-Ra (la cual es
honestamente genial).
Tal vez el problema en
cuanto al diseño es que la gente aún no logra olvidar como lucia la serie de
antaño, donde todo era estilizado y los personajes eran hechos en serie como
una fábrica de juguetes. Aquí cada uno se ve diferente, hay un cambio abismal
entre Catra y Shadow Whiver. Entre Adora y Glimmer. Incluso la misma She-Ra
tiene un aspecto más guerrero y menos muñeca Barbie y esto es la queja que
hacen constantemente en su estilo visual. Pero más que un fallo es la
oportunidad de hacer que todo sea diferente entre sí, que todo sea diverso
y no solamente un repertorio de clones. La fisionomía de She-Ra recuerda más a una guerrera valkiria, pero vuelve
a ser un cuerpo frágil y juvenil al retornar a Adora, todo es cuestión de
adaptarse al estilo y evitar los prejuicios de belleza estética. Si uno se
acostumbró poco a poco al estilo de Devilman CryBaby pueden adaptarse con mayor
facilidad al de esta serie.
Conclusion
Al final del día She-Ra y
las princesas del poder es una re invención exitosa, llena de personajes
carismáticos y con los cuales uno puede identificarse sin importar si
pertenecen a la rebelión o a la horda. Es una serie con un potencial épico y
que encantara a su sector base, los niños. Desde su potente canción inicial
hasta su mensaje, todo hace de esta una serie a tener en cuenta, disfrutable
por los adultos y encantadora para los más pequeños. Esta es una de esas series
que nos hacen preguntarnos ¿Cuándo es bueno dejar el tabu de las series que
supuestamente son solamente para niñas? ¿Es tiempo de aprender a juzgar por
contenido y no por lo estilizado de su aspecto?
Es momento de despedirnos
mis queridos invitados, el viejo Dullahan los espera la próxima con un nuevo
tema para analizar, pero de momento solo queda decir hasta la próxima y
exclamar con emoción ¡POR EL HONOR DE GRAYSKULL!
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