Reseña - El muñeco Diabólico (Child´s Play 2019)


La creatividad dentro del mundo del cine se encuentra en una situación precaria en nuestros días. Hoy es complicado ver un proyecto original. Anualmente el cine se encuentra bombardeado por secuelas y remakes de películas exitosas anteriormente. El Cine de terror resulta el más afectado en esto, algunas veces los remakes logran entrar en buenas cintas que buscan reparar los errores de sus entregas originales o dan un punto de vista distinto que nos entrega algo más que lo que ya conocíamos. Otras veces por desgracia, solo resultan en pésimas películas que arruinan los recuerdos de buenas historias. Bienvenidos sean a la guarida del Dullahan esta noche mis queridos visitantes los are regresar a los años donde los muñecos asesinos dominaban las pantallas del cine y la televisión, pues reseñaremos la nueva versión de Child´s Plays o El muñeco Diabólico.

Hoy en día no importa si en algún momento has visto o no una de las amplias entregas de Child´s Play, su personaje principal es ya parte de la cultura popular del cine. En algún momento todos nos hemos topado con Chucky, aquel muñeco Good Guy que escondía en su interior a un psicópata peligroso con conocimientos de la magia Voodoo. Si bien, la trilogía original de Chucky es icónica en el cine de horror, el personaje pasó por una etapa en la que el humor y el horror buscaron mezclarse, causando que todo respeto al personaje se fuera perdiendo lentamente. Puede ser que el daño causado por El hijo de Chucky fuera la razón para que se decidiera hacer una nueva versión de la historia del muñeco diabólico tras dos películas que trataron de reparar lo que se había estropeado (La maldición de Chucky, Culto a Chucky) . La nueva versión, debo advertir desde ahora, no es un remake como tal y resulta más como una historia con varias similitudes narrativas pero que transforma todo el concepto en algo aparte. Podríamos considerarlo por eso mismo más un reboot que un remake.

La trama nos pone en la siguiente situación. Después de mudarse a una ciudad nueva, Karen le regala a su hijo Andy un muñeco que se convierte en el mejor amigo del niño. Lo que ellos desconocían es que el muñeco es una inteligencia artificial que tiene vida propia. Andy deberá aliarse con otros niños vecinos para detener a esta diabólica criatura que está provocando muertes en la ciudad. Siendo franco, me es difícil decidir si comenzar por las cosas buenas o las malas ya que esta reboot de Chucky genera sentimientos encontrados de una manera crítica, claro está. Por un lado se desvía lo suficiente de los acontecimientos de la cinta original como para que no necesitemos una comparativa cada cierto tiempo con la cinta de los 90 y a la vez rompe demasiadas cosas características que volvieran una leyenda del cine de horror al muñeco.

El primer punto de apreciación a esta película es sin lugar a duda la dirección de cámara y fotografía. A veces es difícil encontrar en cintas del género tomas tan amplias y limpias para que se nos permita ver absolutamente todo lo que ocurre. Aquí logran entregarnos una fotografía particularmente estilizada y que le da cierto estilo al filme desde el primer minuto.  Las tomas rara vez se encuentran encasilladas en áreas cerradas y carentes de visibilidad. Siempre buscan dejarte ver todo y eso se agradece en una cinta donde se corre el riesgo de mostrar demasiado por que busca utilizar en la gran mayoría del tiempo efectos prácticos.

El concepto de la cinta resulta similar a lo que conocemos pero la exposición es acertada para romper en varios momentos el constante comparativo. Esta nueva versión nos cuenta algo diferente, no ocurren la misma cantidad de muertes ni tampoco tenemos al mismo asesino serial atrapado en el cuerpo de un muñeco y eso hace que la película pueda tratar de luchar como un filme independiente al legado del Chucky clásico. Si bien este cambio de ideas trae consecuencias poco favorables, es bueno que nos planteen desde un inicio que nuestro querido Charles Lee Ray no se encuentra aquí, por lo cual vamos a seguir más a una versión actualizada y un tanto futurista del muñeco. En esta versión el ahora llamado Buddi (los Good Guy han quedado atrás) es un artefacto domestico que podría ser una combinación de Siri y Alexa, controlando la mayoría de artículos eléctricos del hogar, dando consejos sobre cosas que pueden encontrarse en línea, etc. En pocas palabras una inteligencia artificial dentro de un “simpático” androide para el hogar.


La idea es buena hasta cierto punto. Entrando en una era tecnológica donde es plausible que un niño que esta lentamente entrando en la pubertad pudiera querer un artículo como lo es el Buddi. Las posibilidades que entrega un pequeño androide con tendencias homicidas son enormes, pero por desgracia, este primer gran cambio que resulta ser acertado, termina llevándonos al momento donde todo comienza a fallar.

El primer gran error y posiblemente el más grande de toda la película es la falta de personalidad de Chucky. Mientras en las versiones clásicas el personaje era literalmente una persona dentro de un muñeco con una actitud burlona y un tanto manipuladora, el Buddi solo resulta una inteligencia artificial defectuosa que no comprende las divisiones del bien y el mal (esto se nos explica de una manera ridícula a los 2 minutos de iniciada la película) y por lo cual solo nos muestran a una maquina interactuando, mal interpretando las cosas y copiando algunas frases que usan los niños y la televisión.

Las cosas que pueden surgir a partir del androide resultan en muchos momentos demasiado dudosas. Desde un diseño en verdad horrible que más que hacer desear uno de estos pequeños engendros castaños nos hace sentir incómodos con su presencia, hasta llegar a cuestionar los tiempos entre una escena y otra por las capacidades motrices con las que cuenta el Buddi. Por momentos llega a ser muy extraño ver al androide hacer de una manera tan mecanizada movimientos simples como subir y bajar un brazo y en el siguiente creer que puede correr y arrojarse de una manera tan fluida. Puede que para muchos esto sea una queja exagerada, pero sin el elemento místico y sobrenatural en Chucky, estas acciones se vuelven tan ilógicas para el pequeño robot de juguete que es igual de difícil para el espectador ignorarlo.

El guion lamentablemente no ayuda demasiado a esto. Si bien, a diferencia de la cinta original en esta si existe un vínculo de amistad entre el muñeco y Andy, ese pequeño factor de empatía se ve perdido por las considerables limitaciones narrativas. El nuevo Chucky podría describirse perfectamente como una novia obsesiva que siempre busca mantenerte cerca de ella a como dé lugar. Una relación toxica que llega a rayar incluso en lo ridículo y gracioso, solo hace falta un pequeño regaño de alguien o que un animal te muerda para que el muñeco considere prudente un asesinato. El guion constantemente busca que lo tomes enserio, que todo se sienta como una amenaza potencial para desatar la ira del juguete que no distingue entre sus acciones. Si a esto le sumamos que el ritmo es muy dispar a lo largo de sus 3 actos, nos hace sentir como que muchas cosas se quedan fuera de lo que vemos en pantalla y a la vez que no está ocurriendo tanto como buscan hacernos creer.

La escritura de ciertos giros llegan a ser un tanto obvias y los huecos argumentales llegan a notarse bastante si uno presta mucha atención. El guion se siente como una especie de fusión de varios guiones que por sí solos no funcionaron durante las revisiones finales y pensaron que tomando las mejores partes de cada uno y uniéndolas lograrían algo mucho mejor. Y esto es notorio en momentos clave del filme como el asesinato de la sierra o las primeras interacciones de Andy con Chucky en solitario. En momentos se siente el alma de una idea de inteligencia artificial corrupta y en otros es más una idea genérica al estilo de cintas de SyFy.

Un punto positivo a tratar es posiblemente las muertes. Si bien, no se pudiera esperar mucho de los asesinatos de Chucky con las ya mencionadas limitaciones de movimiento por momentos, estas resultan estar a un nivel aceptable. Existen algunas lentas y básicas como las clásicas puñaladas y otras más vistosas y gráficas que por un momento nos hacen recordar a la saga Saw por el contenido sangriento y visceral. En pocas palabras, las muertes cumplen su cometido y el numero de estas resulta aceptable para complacer a los espectadores.

Otro punto positivo podría considerarse el humor negro que se le dio a la cinta, ya que en muchas ocasiones esto aligera la carga de momentos donde acaba de ocurrir algo importante y la película necesita llenar tiempo en pantalla antes del próximo asesinato. Cosas como el motor de la trama en todo el segundo acto que involucra a una sandía, ayudan mucho a que uno se divierta dentro de una película que busca desesperadamente no perdernos. La carencia de personalidad y empatía que existe en Chucky es rellenada con estos pequeños momentos de humor negro que remontan bastante a cosas vistas en cintas como Braindead de Peter Jackson o incluso Feliz día de tu muerte.

Otro punto negativo son las actuaciones. Si bien tenemos a un Mark Hamill dando voz al androide homicida, el resto del elenco se siente muy tibio en sus actuaciones. Algunos personajes incluso pareciera que eligieron a personas al azar en la calle para participar en la cinta como llegan a ser los amigos del vecindario de Andy. Con los adultos el problema resulta un poco mayor, debido a que la gran mayoría tienen una tendencia a sobre actuar en momentos que resultan fuera de lugar o a veces a ser muy neutrales. Irregulares, es la mejor forma de describir estas actuaciones. Igualmente los efectos especiales resultan bastante lamentables a la hora de introducir secuencias armadas en CGI. Debido a que la gran mayoría de la cinta se encuentra filmada con efectos prácticos, al entrar al tercer acto es demasiado notorio cuando se introduce el CGI, el cual luce terrible. Por momentos remonta a esas primeras apariciones de CGI de los años 90 y en otras resultan en un intento fallido de hacer sentir más vivo al muñeco diabólico.


La banda sonora puede resultar en un punto intermedio. Algunas melodías son bastante gratas y nos hacen recordar por momentos al clásico tema de la primera cinta de Child´s Play con un toque un poco más macabro, mientras otras resultan meramente en música de fondo funcional pero sin nada que la haga sobresalir en nuestros recuerdos tras terminar la función.
Ya para finalizar solo me queda hacer mención a la ingeniosa manera de satirizar algunos temas que se encuentran actualmente causando revuelo en USA. Cosas como que “el cine de terror crea potenciales asesinos seriales si un niño llega a verlas” se ven reflejadas en la ridícula premisa de que Chucky al ver a los niños divirtiéndose viendo una de las secuelas de la masacre de Texas lo haga creer que el asesinato es divertido. Así se encuentran un par de temas llevados de una forma irónica o cómica a través de lo que acontece en pantalla. Estas pequeñas críticas satíricas resultan mordaces e ingeniosas, aprovechando las deficiencias del filme de las cuales están conscientes, para entregar algo más a los espectadores que logran ver más de la superficie de una cinta de horror.

Al final del día, “El muñeco diabólico” de Lars Klevberg resulta en una reinvención bastante estrepitosa, donde la falta de experiencia del director se ve reflejada en las deficiencias de su cinta y la dificultad para reflejar cosas tan simples como los tiempos entre secuencia y secuencia. La película resulta en un cóctel de terror y humor negro que provocan una experiencia entretenida para ver con amigos o matar el tiempo un domingo, pero lamentablemente fracasa miserablemente al intentar entregar el posible inicio de una nueva saga de inteligencias artificiales que se vuelven locas. Entretenida pero mal actuada y sobre todo carente de verdaderas motivaciones para provocar los acontecimientos que nos relata. Le doy un 5. Una cinta que deja mucho que desear, pero que en retrospectiva logra bastante con un presupuesto minúsculo de apenas 10 millones de dólares (el promedio mínimo de un filme para cines recae alrededor de los 25 millones). Ahora es tiempo de que partan mis queridos moradores de la noche, el viejo Dullahan los espera pronto con una nueva reseña que presentarles. Hasta la próxima.

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