Reseña: Hellboy (2019)


Pareciera que nada es sagrado hoy en día. Lamentablemente grandes producciones que dejaron huella en el público tienden a sufrir el desagradable choque del mazo administrativo de las compañías de cine. Hace ya mucho tiempo, 2004 si mal no recuerdo. Guillermo del Toro nos presentó una historia con un carácter inconfundible, una historia con corazón y personajes entrañables, los mismos que crecieron en una secuela que superaba en creces a su predecesora y que dejaba el tablero listo para una última entrega que cerraría todo lo construido hasta ese momento. Pero lamentablemente, Warner al sentir que las cintas del demonio rojo amante de la televisión y la comida chatarra, no ganaban lo suficiente en taquilla (Buscaban recaudar lo mismo que sería una franquicia tipo Marvel Cinematic Universe) se mantuvo renuente en darle el presupuesto al director mexicano para completar su trilogía. El tiempo pasó y finalmente prefirieron hacer lo mismo que se hizo con Pacific Rim, dejar a Del Toro a un lado y hacer su propia versión, está más que una secuela nefasta resulta en un Reboot completamente innecesario. Así es mis queridos visitantes de las laderas desoladas, hoy el viejo Dullahan les hablara de Hellboy 2019.


Bien, primero que nada es necesario dejar sentadas las bases de lo que busca esta nueva entrega. Desde los primeros segundos de arranque, el filme trata de hacernos ver que será una versión más oscura, más violenta y con un humor más adulto. Lamentablemente esto nunca se cumple.  Para quienes no saben de qué va esta nueva entrega, esta se puede resumir a que la AIDP (Agencia de Investigación y Defensa de lo Paranormal) encomienda a Hellboy la tarea de derrotar a un espíritu ancestral: Nimue, conocida como “La Reina de la Sangre”. Nimue fue la amante del mismísimo Merlín durante el reinado del Rey Arturo, de él aprendió los hechizos que la llevaron a ser una de las brujas más poderosas… Pero la locura se apoderó de ella y aprisionó al mago para toda la eternidad. Hace siglos consiguieron acabar con esta villana, enterrándola profundamente, pero ha vuelto de entre los muertos con la intención de destruir a la humanidad con su magia negra.

Y si bien, la película nos lanza de lleno al mundo de Hellboy dando por hecho que ya conocemos al personaje y que por alguna razón solo presentaran un poco de su origen tras los 30 minutos de arrancada la cinta, nos llega esta película que busca de una manera abusiva y absurda, complacer al creador del personaje Mike Mignola dejando caer en pantalla una absurda cantidad de referencias a los comics de Hellboy. No importa a donde mires, si eres un lector de Hellboy vas a reconocer ciertas cosas de fondo, vas a darte cuenta de que hay escenas literalmente calcadas de algunos arcos como Seed Of Destructions, Darkness Call, Hellboy in Hell, etc. Pero el primer problema resale en este detalle que algunos podrían considerar como algo dedicado a los fans, la cinta no tiene una narrativa sobre la cual construir este universo que nos reflejan.

El primer gran error y el que lamentablemente impide que este reboot sea siquiera medianamente pasable es la mediocre escritura de guion. La cinta no solo trata de hacer una historia compleja y retacar de elementos del mundo de los comic del demonio rojo, si no que de igual forma trata de unir 4 o 5 arcos del comic en una cinta de apenas 2 horas de duración. El guion es irregular, ningún acto tiene un ritmo estable, siempre es muy lento o muy frenético, la cinta no sabe balancear su contenido. A esto sumemos que el guion como ya mencioné, trata de abarcar más de lo que puede. Se siente como si fueran varios borradores preliminares unidos con engrapadora. La historia es demasiado ambiciosa, pues trata de abarcar desde el Rey Arturo, hasta los nazis, demonios, brujería y el apocalipsis… todo en una sola película. Y no sólo eso, la presentación de personajes es excesiva y nunca nos da tiempo de profundizar en alguno. La presencia de tantos personajes sólo sirve para hacer despliegue de la cantidad de historia que podría haber en futuras secuelas.

Es lamentable que teniendo tantos personajes como lo son el hombre jaguar, la vidente, Baba Yaga, incluso el mismísimo protagonista de la cinta, nunca podamos profundizar nunca en ninguno de ellos. Y esto es el segundo punto negativo a considerar, la falta de construcción de personajes. Mientras que en las entregas de Guillermo del Toro conocíamos a fondo a nuestro demonio favorito y a sus compañeros de desventuras, en esta nueva versión pareciera que no creen que sea importante y solo nos lanzan una vasta cantidad de personajes carentes de alma y encanto, simples cascarones.


Las actuaciones lamentablemente no se salvan pero en este apartado hay 3 actores a los cuales debemos tener misericordia pues no todo es culpa de ellos, más bien el guion es lo que los imposibilita de hacer una buena actuación con el material que se les entrega. Ian McShane es un actor de calibre pesado, pero que en esta entrega solo nos deja ver a un profesor renuente y con un sentido del humor muy patético. No se siente como aquel hombre que acepto la tarea de criar a Anun Rama para convertirlo en alguien capaz de proteger a la humanidad en lugar de destruirla.

David Harbour a quien seguro recordaran por ser el policía principal de Stranger Things, nos entrega a un Hellboy extraño en muchos sentidos. Nunca sabemos si estamos tratando con alguien afligido por su aspecto ante un mundo que no debe conocerlo y no lo acepta realmente o si estamos viendo a un cabecilla de fraternidad universitaria que no puede tomar nada enserio y se limita a decir “lo siento Bro” a todos los problemas que pueda ocasionar su torpeza. 

Si a esto le sumamos la casi total incapacidad facial para mostrar emociones debido a la enorme cantidad de prótesis que le ponen encima al actor, este pasa a sentirse más como una botarga andante que como un personaje real y plausible en su propio mundo. Finalmente tenemos a una Milla Jovovich que en verdad intenta hacer resaltar a su personaje, pero que la mala escritura solo la deja interpretar a una villana hueca y que posiblemente llega al nivel de calidad de los villanos de la cinta Elektra.

La selección del soundtrack es bastante rescatable, teniendo demás memorables que logran dar una pequeña atmósfera a las secuencias de acción y de vez en cuando a algunos momentos de transición que pueden resultar un tanto agradables, pero solo eso. La cinta no tiene un estilo propio, la música es simplemente un pequeño salvavidas recurrente que lamentablemente funciona la mayor parte del tiempo para mantener el interés en las casi 2 horas de duración que tiene la película.

Dado el único punto bueno del filme es cuestión de retornar a lo negativo y esto nos lleva al CGI que se siente horriblemente falso. Cada monstruo, cada pelea y escenario infernal se siente sumamente falso. En ocasiones llega a recordarnos a los efectos iniciales de la década de los 2000 y en otros aunque mejoran levemente nos dejan una sensación de que no se esfuerzan ni un poco para hacerlo agradable a la vista.  Lamentablemente los pocos efectos prácticos que se usan tampoco se salvan. Solo hay que mirar las prótesis corporales y faciales que se le colocan a David Harbour, causando que su Hellboy se sienta lento, inexpresivo y en momentos, carente de vida, algo como una enorme marioneta andante que en cualquier momento puede caerse por la cantidad de peso que carga para tratar de hacerlo ver más grande e imponente. La producción de set, vestuarios se sienten sumamente genéricos, no se siente como una experiencia única de un mundo basto para descubrir, mas bien, todo se siente como algo que ya vimos en otras películas y que solo buscan ser diferentes poniendo a un demonio rojo deambulando por los lugares mas comunes a plena luz del ida, dejándose ver por todos, algo que en un principio contradice al personaje.


Ya para finalizar solo me queda mencionar que la película tienen una infinidad de oportunidades para 
engancharnos, pero lamentablemente prefiere sacrificar la historia por una gran cantidad de escenas de acción sanguinaria que hace un festín sangriento que a final del día se siente innecesario. El uso del Gore y las mutilaciones es constante y carente de un impacto, se siente más como una secuencia de God Of War que una masacre justificable. Si a esto le sumamos la pésima edición de transiciones donde condena a la película a repetir el mismo ciclo varias veces para poder avanzar (aparece Hellboy, hay una pelea con sangre, ocurre flashback para explicar algo, surge nuevo personaje, el ciclo se repite) y al final dejar la puerta abierta a una posible secuela.

Hellboy es una película pésima, repleta de un humor que trata ser adulto pero que se limita a groserías a diestra y siniestra y chistes de vagina y pastelaso. Personajes vacíos, visualmente desagradable y constantemente demasiado oscura y una historia que carece de lo que hizo grande al personaje anteriormente, alma propia y amor por lo que se nos vende. Yo le doy un 2. Tiene momentos que entretienen pero lamentablemente no salvan una película que no tiene nada a su favor. Bueno eso es todo mis queridos trotamundos de la noche, es momento de que el viejo Dullahan se despida, pero próximamente retornara con un nuevo tema para presentarles. 

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