Reseña Rambo: Last Blood


Ya no hay lugar en el mundo para los monstruos violentos como nosotros” Diría un personaje invitado en un capítulo de los Simpson hace unos cuantos años atrás. Quien diría que esa simple broma comenzaría a reflejarse en la realidad con una sociedad que anhela la violencia pero tiende a quejarse de ella porque resulta insultante y cruel para el público menor de edad. Si bien franquicias como John Wick han demostrado que el mundo se siente atraído por la violencia explícita y visceral, pero cuando esta involucra un sector racial especifico es visto de una forma distinta. Hoy hablaremos de una cinta recién estrenada que ha tenido una sebera crítica por lo antes mencionado, ¿Merece una crítica tan dura? Hablemos pues de Rambo: Last Blood.


John Rambo es un personaje icónico dentro de la cultura del cine de acción. Hoy en día es casi imposible no reconocer el nombre del personaje, mas, sin embargo, no se puede decir lo mismo del recuerdo de sus películas. Si bien todos aquellos que estamos entre los 25 y 40 años recordamos claramente al personaje y su trilogía original, incluso de su cuarta entrega surgida en los años 2000. Pero lamentablemente las nuevas generaciones que entran al cine puede que les sea difícil si quiera recordar haber visto alguna de estas cintas que en su momento eran el claro ejemplo de la violencia explícita y la crítica política.

Ahora, esta quinta entrega puede ser resumida en pocas palabras como una cinta que entrega lo que uno esperaría del ex boina verde legendario, pero a la vez la película resulta sumamente diferente al resto de la saga. Rambo Last Blood funge como una despedida pero también como un cambio de aires donde nos encontramos en un punto un poco más personal en lugar de algo meramente conectado con la guerra o las guerrillas de países bajos. Seguramente algunos sabrán que el escritor de la novela First Blood (Novela de la cual se origina el personaje y la primera cinta) no está contento con esta última entrega y que incluso la ha llamado denigrante para el honor del personaje. Personalmente siento que esto no ocurre como tal pero desmembremos la película por partes para poder reseñarla debidamente antes de dar un veredicto claro.

La historia que nos relatan toma al ahora septuagenario John Rambo retomando su vida en la sociedad con un viejo rancho de Arizona, donde aparentemente ha pasado algunos años cuidando de su sobrina Gabrielle y a la abuela de la misma, mientras se dedica a la crianza de caballos. Tras rastrear a su padre por un largo tiempo, Gabrielle se empecina a viajar a México para hablar con él, pero lamentablemente las cosas no salen bien y acaba secuestrada por una banda de trata de blancas comandada por los hermanos Martínez. Ahora depende de John buscar a su sobrina y destrozar en el proceso a esta peligrosa organización criminal.

Como pueden ver la trama no tiene mucha complicación narrativa y esto es algo que fuera de su primera entrega no ha sido fuera de lo común. Su punto fuerte siempre ha sido la violencia y testosterona constante en pantalla. Dicho esto podemos comenzar a desmembrar el filme, en esta ocasión comenzaremos con los puntos negativos.

El primer gran fallo que puedo encontrar en esta película es innegablemente el guion. Si bien, no esperamos mucho de una película de este tipo, podemos decir que el guion peca un poco en su primer acto por la excusa utilizada para que fluya la última aventura de John Rambo. Puede que resulte una forma de crítica política contemporánea el elemento enemigo del filme pero su manera de lanzar la inevitable masacre se siente muy forzada. La trágica caída de Gabrielle en el bajo mundo del narco mexicano resulta desgarrador pero el proceso que lleva a ello es todo lo opuesto. Los primeros 20 minutos de la película están plagados de errores que no tenían las entregas anteriores. Las actuaciones son débiles y cursis en este apartado, los diálogos son flojos y en general todo se siente como una telenovela de baja calidad argumental.

Los actos 2 y 3 cambian considerablemente el ritmo de la cinta y el tono, llevando todo a un extremo más ajeno a Rambo, pero aunque se sienten bien logrados, por momentos pareciera que no estamos en una película del personaje. Mientras que las 4 entregas anteriores siempre llevaron un punto crítico ante la violencia de la guerra y la discriminación social ante los combatientes, esta nueva entrega carece de ello y se centra más en una situación más contemporánea como es el crimen organizado de los países latinos que se abastecen en la tierra de las barras y estrellas. La crítica de tinte político sigue ahí, la violencia sigue ahí, pero el filme resulta más en un sentimiento tipo Búsqueda implacable por momentos. Esto puede ser un arma de doble filo dependiendo del espectador y de cómo acepten estos cambios tras una saga donde la guerra y el exilio social proliferaron.

Otro punto negativo que puedo dar es que lamentablemente algunas secuencias donde se hace uso del CGI resultan muy pobres. Son pocas escenas donde se hace uso de este elemento, pero siguen presentes y son simplemente poco logradas. El presupuesto del filme se invierte más en los efectos prácticos del segundo y tercer acto y de cierto modo, se agradece que se mantengan en lugar de dar un festival de pantallas verdes.


Ahora, en cuanto las actuaciones debo decir que son muy irregulares. Algunas como las del mismo Silvester Stallone resultan buenas, mantiene al legendario personaje como lo dejamos hace más de una década y es su carisma lo que nos hace sentir que realmente volvemos a ver a Rambo. Pero personajes como el de Paz Vega u Óscar Jaenada se sienten un poco sobre actuados en la interpretación, sobre todo el de Jaenada por su exagerado acento mexicano.

Ahora, hablando positivamente, puedo decir que el segundo y tercer acto se desarrollan de una manera mucho más orgánica. Puede que por muchos momentos las consecuencias de las acciones de ciertos personajes se sientan un poco exageradas pero es lo que uno viene a ver desde que compra su entrada de cine. Tras esos 20 tele novelescos minutos de inicio la película logra tomar su rumbo y desatarse poco a poco hasta llegar a un confrontamiento sangriento en su tercer acto. Una trama estúpidamente divertida, porque seamos honestos, nos interesamos más por ver cuando comenzara el festival de disparos y mutilaciones que preguntarnos qué tan coherente puede resultar el desarrollo del filme.

Las secuencias de acción son buenas, no son tan complejas como cosas que hemos visto en John Wick, pero son lo suficientemente buenas como para emocionarnos y causar reacciones del espectador. Stallone ya no tiene la misma energía que en sus mejores años, pero logran entregarnos un personaje creíble que a pesar del peso de los años sobre sus hombros aún puede combatir. La sangre y la ultra violencia siempre ocurren con claridad en pantalla, nunca vemos una muerte en la cual se retire la cámara en el momento del impacto ni mucho menos en una toma mal colocada. Podemos ver perfectamente cada una de las vidas que toma la venganza de un hombre que nunca podrá dejar atrás la guerra que está dentro de él. Solo me advierto que si son personas sensibles desistan de ver el filme, ya que hay secuencias extremadamente fuertes, tanto por las peleas de John como las secuencias del bajo mundo de la trata de blancas, es una película que impone por su crudeza y no la recomendaría para gente sensible.

La duración de la película se siente aceptable, pues no se alarga de más y evita tomar salidas un tanto comunes hoy en día para extender indebidamente la duración de un filme. Todo lo que te muestran es directo y conciso, no se encuentra algo que busque explorarse largamente para llevar finalmente a una duración mayor. 
Otro punto a favor que puedo dar es que simplemente la película logra incomodar al espectador con lo que muestra. Si bien, México siempre ha sido tema de crítica y prejuicios como un país donde solo existe violencia, es muy realista y desagradable de ver cómo han reflejado el bajo mundo que se esconde dentro del país. Las maneras que nos presentan el manejo de la trata de blancas, las cosas a las que son orilladas las chicas que caen en dichas redes y lo enormes y bien organizadas que son estas organizaciones criminales logran causar un sincero escalofrió al espectador. Esto acompañado de la crudeza de ciertas escenas logra demostrar que son de temer y por ende, una amenaza válida para fungir como los grandes villanos en turno.

Si bien, en todas las películas de Rambo pareciera que no hay una evolución del personaje y siempre se mantiene como ese hombre con problemas para acoplarse al mundo por su enorme estrés post traumático, en Last Blood si existe una evolución y de una manera muy concreta. Nos encontramos a nuestro personaje usando medicamentos para reprimir ciertos momentos de su vida y los horrores de la guerra que lo volvieron un ser por amor por la sangre. Nos muestran que las familias son el motor que pueden apaciguar como incitar a efectuar actos de los cuales uno busca alejarse y finalmente nos presentan a un hombre que simplemente ya no busca escapar más si no tomar ese dolor y usarlo como una herramienta para enfrentar a quienes tratan de arrebatarle lo único que tiene. Y lo más importante, en esta entrega nos demuestra que Rambo no es un personaje imparable y que puede fallar. Eso se vuelve un motor narrativo interesante durante la mitad del segundo acto.

La banda sonora y la edición de sonido se sienten muy bien trabajados. Trayendo viejos temas clásicos como nuevas piezas que funcionan para las secuencias de acción. En cuando el apartado de edición es interesante ver como hacen diferenciar el sonido de las armas y los movimientos de la ciudad y la calma de los desiertos de Arizona. Es un trabajo limpio, bien cuidado y que ayuda mucho durante algunas secuencias donde ocurren tantas cosas que algunos sonidos podrían perderse si no fueran correctamente calibrados.

En conclusión. Rambo Last Blood es una buena despedida para nuestro emblemático personaje de las grandes pantallas. Si, tiene un arranque mal trabajado y esto le cuesta bastante, pero una vez que ya se ha dado el pretexto necesario para el baño de sangre, la película cumple lo que promete. No podemos criticarla como algo que no es y esta, simplemente es el final de una franquicia que se enfoca en mantener el legado de un héroe de acción que se guía por la sangre, la testosterona y el entretenimiento puro y duro y todo eso lo cumple hasta sus últimos momentos. Yo le doy un 7.5 Dista de ser perfecta, pero es un cierre digno. Ahora es momento de partir mis queridos trotamundos de la noche, nos veremos en una próxima reseña antes de que termine el mes. Nos vemos, hasta la próxima.

Comentarios

Entradas populares