Reseña: La Piel Fría
Bienvenidos nuevamente
mis queridos trotamundos de los páramos nocturnos, el Dullahan les abre las
puertas a sus humildes aposentos, tomen asiento y no duden en servirse un poco
de agua miel, pues hoy les tengo una reseña fresca. Tal vez a muchos les suene
el titulo pero nunca pensaron en una versión fílmica, si no en la novela en que
está inspirada, hoy hablaremos de La piel Fría.
La cinta dirigica por
Xacier Gens, aquel que nos trajo aquella agridulce cinta llamada Crucifixion,
es el encargado de adaptar la novela homónima del escritor Albert Sanchez
Piñol, la cual nos relata los eventos en una isla perdida en medio del océano, donde
dos hombres se defienden, noche tras noche, resguardados en un faro, del asedio
de unas extrañas criaturas marinas. Sometidos a la extrema tensión, sin
entender las razones del ataque, tendrán que replantearse cómo enfrentarse a lo
desconocido. Teniendo como única defensa segura la luz del día.
Con una premisa que podría
considerarse una de las cuantas tramas básicas para un relato de horror, se
desenvuelve esta cinta que se columpia entre el género de la fantasía oscura,
el horror y el drama humano, uno donde estamos exponiendo no simples problemas
sociales si no el desagradable reflejo humano. Y aunque la novela es magistral
para dominar este cambio de un momento a otro en el filme se puede notar como a
veces se busca explotar más un estilo que otro, dejando ciertos elementos de la
historia en un segundo plano. Este podría ser el elemento más negativo del
filme, ya que algunas cosas preciosas de la novela recurrían a la reflexión del
espectador, donde te hacían filosofar y cuestionar tu propia humanidad ante los
extraños seres que deambulaban por la playa. En la cinta, existe el elemento
peligroso y la auto narrativa del protagonista, pero se siente que temen
acomplejar un poco las cosas y en consecuencia, todo se lleva en un modo muy
superficial al menos la primera mitad del filme. Pero no se preocupen amigos
míos, que aunque este defecto se llega a notar en momentos donde uno siente que
pudieron explotar más un recurso narrativo, una discusión que estaba siendo
bien escrita en diálogos o simplemente que estamos perdiendo tiempo con algún
acto menor, la película no es una pirámide temblorosa que se des-fragmenta lentamente, se logra mantener bien, tienen la forma para engancharnos.
Debo decir que algo que
hace que la cinta se sienta creíble y atrapante es la buena actuación de sus
tres actores principales, el buen David Oakes, un brutal Ray Stevenson y una
encantadora y peculiar Aura Garrido. Cada uno vuelve suyo al personaje, los
moldea a su antojo y se meten en su piel hasta que al llegar al tramo final, no
podemos negar que han sido ellos todo este tiempo en lugar de sentir que la actuación
ha sido desigual o desganada. Pero realmente la que se vuelve más entrañable a
mi parecer es Aura Garrido quien sin dialogo alguno y bajo varios quilos de
maquillaje y prótesis a la vieja escuela, logra hacer una criatura muy pura,
viva y en ciertos momentos más humana que los propios seres humanos que se
esconden bajo la luz del faro en la isla.
Ahora bien, el segundo
punto fuerte de la cinta no es su historia ni muchos menos su eficacia para
transformar la fantacia en un relato negro para una negra noche, no mis amigos,
la segunda gran maravilla de la Piel Fría recae en la preciosa dirección de fotografía
a cargo de Daniel Aranyo quien con una
naturalidad logra dirigir nuestra atención fuera del drama humano y las bestias
acuáticas y nos hace notar los escenarios preciosamente captados, las costas
virginales y puras y el batir de las olas contra las rocas de la costa causando
un ambiente atemporal y casi fantasioso.
La producción también logra
una digna puesta en escena con vestuarios desgastados y criaturas hechas con
una exactitud increíble a los explicados en las hojas de la obra de Piñol. Los
escenarios oscuros hacen en momentos que remontemos a viejos clásicos de horror
como aquellos mostrados en viejas cintas del hombre lobo u el monstruo de la
laguna.
Ya para finalizar solo me
queda mencionar que aunque el ritmo de la cinta llega a ser renuente en
balance, logra llegar a ser altamente intrigante y llamativo para cualquier
espectador, incluso dejando de lado elementos más cargados para simplificar las
cosas. La banda sonora logra abordar correctamente todo lo que acontece y en más
de una ocasión causa que nos sumerjamos en una experiencia semi aterradora u
oscuramente hermosa, es difícil de describir en cierto modo, pero logra una composición
perfecta para el filme.
Puede que no le haga
justicia del todo al negro relato de Piñol, pero logra dar una adaptación aceptable,
respetando ciertos momentos y la estructura de los monstruos. En un enfoque más
cinematográfico, la película se defiende y logra entretener al espectador para
interesarlo en el misterio, si tuviera que dar una calificación sería un bien
logrado 8. Tiene defectos y algunos momentos el ritmo es cambiante, pero es un
producto decente y que se deja disfrutar.
Nos vemos hasta la próxima
mis visitantes que el viejo Dullahan parte en busca de un nuevo tema para
reseñar.
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