Reseña Togo (Disney+)
Disney+ no ha resultado
exactamente como se esperaba tras sus largas campañas publicitarias y la
cantidad de proyectos que se anunciaron para su estreno. Si bien, gran cantidad
de estos han sido cancelados por no ser considerados “familiares” como fue el
caso de la secuela de su serie original Lizzie Mcguire y la serie de Obi Wan
prometida desde hace años. Pero también ha tenido un par de productos
encantadores como lo fue la serie The Mandalorian de la cual aún está pendiente
hacerse una reseña completa y también la película original de Disney + de la
cual hablaremos el día de hoy. Hablemos hoy mis queridos visitantes de Togo.
Las películas que tienen
a animales como protagonistas, son relatos que gustan a todo tipo de públicos y
que siempre se hacen un lugar dentro del séptimo arte. Quizás son escasas las
cintas que trascienden y comprenden grandes obras cinematográficas pero cada
tanto aparecen buenos exponentes que vale la pena visitar. Disney es diestro en
esto (pero solamente cuando deciden usar animales reales en lugar de criaturas
CGI como paso con la horrible dama y el vagabundo a inicios de año). El mejor
ejemplo de esto son cintas como Rescate en la Antártida, Volviendo a casa o el clásico
indiscutible Colmillo blanco. Togo parece enfocarse en este patrón fílmico y
puedo decir que resulta algo meramente interesante de ver, sobre todo si en algún
momento han tenido contacto con un filme animado llamado Balto.
El film, basado en hechos
reales, nos sitúa en el año 1925, y más precisamente en los paisajes inhóspitos
de Alaska. En aquel aislado Estado, el pueblo de Norme se encuentra en grave
peligro a causa de una epidemia de difteria que amenaza las vidas de sus
habitantes. Para evitarlo, deben conseguir un suero/antídoto que se encuentra
en una ciudad que se ubica a varios kilómetros de distancia. Varios habitantes
de la zona conforman grupos y preparan sus trineos para cubrir largas
distancias e irse pasando la única cura posible hasta llegar a Norme. Para
aquellos que no lo sepan, Togo perteneció a uno de los 3 equipos de perros que
transportaron dicho medicamento, aunque Balto se ha llevado la gloria de esto
gracias a la cinta animada del 96.
La película se siente
como una fábula clásica del valor y el cariño entre un hombre y un animal y
como estos han formado un vínculo a través de diferentes eventos de sus vidas
que los llevan a transportar el medicamento. Y es posiblemente ese encanto que
se logra plasmar en la película que la vuelve funcional para el espectador. La
manera en que nos presentan las situaciones y van desarrollando a sus
personajes es muy auténtico. Realmente sentimos empatía por el protagonista
humano (interpretado por William Defoe) y su esposa. De la misma forma nos
preocupamos con Togo al cual vemos crecer y volverse el guía de trineos de la
importante misión de transporte.
El guion esta balanceado
en la mayoría de las ocasiones. Con un primer acto simple pero competente para
presentarnos una historia que tiende a moverse en momentos con pequeños brincos
temporales que resultan prácticos pero no tan enredosos como para confundir a
los espectadores (incluyendo a los más pequeños). Pasando por un segundo acto
competente y que presenta los momentos más emocionales del filme al igual que
es donde se encuentran un par de momentos que desnivelan la experiencia por
momentos. Finalmente llegamos a un cierre competente y que nos hace sentir que ha
valido la pena conocer más de esta historia y culminar el viaje junto a Leonhard
Seppala y su perro Togo.
En el medio existe el
dicho que lo más difícil de hacer cine es trabajar con perros y niños. Pero con
una dedicación notoria en el producto, el director Ericson Core logra entregar
un producto cuidado y donde los animales parecieran estar correctos en todo
momento. Desde mostrar esa naturaleza traviesa de los cachorros, pasando por
los más experimentados canes de trineos e incluso algunos momentos donde
pareciera que el animal es libre de hacer lo que le plazca en lugar de seguir
una orden de un entrenador tras cámara.
Las actuaciones se
sienten creíbles. Realmente el elenco de humanos es competente y fungen bien en
sus papeles dentro de la trama. William Defoe demuestra su dedicación para con
el filme y nos entrega un Leonhard Seppala muy cambiante a través de los diferentes
tramos de su vida. Comenzando por una persona un tanto huraña y que mira a sus
animales como simples herramientas laborales y de crianza hasta llegar a
alguien que realmente entiende a sus perros y se preocupa por ellos durante el
largo viaje en la tundra gélida. Realmente es una actuación estupenda que
resalta bastante.
Los efectos especiales están
cuidados y en ciertos tramos resultan en verdad hermosos, completando
totalmente la fantasía de estar en esa historia real que tratan de relatarnos a
partir de nuestros protagonistas. Hay una o dos escenas donde los efectos
pueden flaquear delicadamente, pero nunca se rompe la ilusión de realidad que
trata de vender la película desde los primeros minutos.
Ya para finalizar solo
puedo aplaudir el cuidadoso trabajo de fotografía que es en verdad hermoso y
resalta mucho contra otras películas y productos lanzados a la plataforma
Disney+. Los bellos paisajes de la tundra de Alaska, las callejuelas del pueblo
e incluso los interiores de las casas o el granero/taller de Leonard se sienten
distintos pero bellos en su manera de ser presentados.
En conclusión. Togo es
una historia preciosa y con cierto poder emocional. Un sólido relato familiar y
un tenso drama de supervivencia que apelará a las fibras sensibles del
espectador sin caer en ningún tipo de golpe bajo y manipulación emocional, algo
que ya la destaca del resto de este tipo de relatos. Una historia absorbente,
con cierto grado de previsibilidad en su desenlace pero con mucho corazón y
personalidad. Yo le doy un 9.5. Tiene un par de detalles menores que la alejan
de ser un filme perfecto pero aun así, es una cinta imperdible durante estos
dias de cuarentena. Nos vemos en una próxima visita mis queridos moradores, el
viejo Dullahan se despide hasta una próxima vez.
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